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miércoles, 1 de febrero de 2012

COMO ORAR CON PODER – PARTE 1.

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COMO ORAR CON PODER – PARTE 1.

Introducción:

   ¿Buscas un mejor resultado a tus oraciones? ¿Una respuesta más rápida? ¿La certeza de que estás orando bien? ¿Necesitas motivación para orar o tiempo para ello cuando la vida aprieta? Si esto es algo que buscas y anhelas estas en el lugar adecuado. No todo llega de golpe pero conforme vaya modificándose tu comprensión así también se modificarán los resultados.

   Cuando los discípulos le preguntaron a Jesús cómo debían orar el Señor primero deshizo mitos y errores acerca de la oración. Le dio gran importancia a discernir lo que estaba mal a la hora de orar antes de explicar lo que estaba bien. Las formas “religiosas” de orar se habían vuelto tan hipócritas y falsas que el Señor vio la necesidad de borrar esa idea de sus cabezas antes de enseñarles lo que la oración en verdad es.

   En este blog hablaremos de una forma de orar poderosa. No es la única manera de orar, pero se basa en las poderosas palabras y los hechos de Jesús. Yo, como muchas otras personas, he pasado mucho tiempo con oraciones “religiosas” sin obtener resultado. Si tus oraciones no te dan los resultados que quieres quizás sea hora de probar algo nuevo ¿no?

A LOS HIPÓCRITAS LES ENCANTA ORAR

La oración es la parte de la vida cristiana de la que más se abusa hoy en día. La mala comprensión o guía en este tema es una de las cosas más liantes espiritualmente hablando.

   Jesús enseñó que hay una manera correcta y una manera incorrecta de orar: Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman orar. (Mateo 6:5). La mayoría de los creyentes no asocian la oración a los hipócritas. Piensan que si estas orando “¿qué puede haber de malo?” Pues mucho! Porque los hipócritas aman orar. La palabra original griega usada para describir esto es “phileó” que significa “ellos aman” o “yo amo” así que Jesús aquí dice que aman orar. Disfrutan de la atención que eso les otorga.

   Sólo por empezar con las palabras “Padre nuestro…”  y acabar con las palabras “… en el nombre de Jesús, Amén.” no lo conviertes en oración. Mucho de lo que hoy en día se llama oración ofende a Dios y abre la puerta al diablo. Hay una manera correcta de orar y una incorrecta.

¿EL ENVIADO DE DIOS?

   Algunos piensan que el diablo es enviado por Dios. Se dice que el diablo sólo puede hacer lo que Dios le permite y por lo tanto Dios lo usa para hacer cosas buenas en nuestra vida. Esto es completamente erróneo y puede traer consecuencias.

   He leído acerca de un chico que no se atrevía a decir ante sus compañeros de clase algo que deseaba. Le pidió a Dios que le diera una enfermedad incurable para poder mostrar su fe en Cristo por la manera de afrontar la muerte. Al día siguiente tenía cáncer. Cuatro personas fueron convertidos en su funeral.
   Aunque la fe de este joven fuera la salvación de cuatro personas esto no es una forma correcta de orar. Lo mismo le ocurrió a una chica que pidió lo mismo. También murió de cáncer y en su funeral se salvaron otras cuatro personas.

   Dios no contestó estas oraciones ni les “bendijo” con enfermedad. Satanás se aprovechó de la situación y mató a dos jóvenes mucho antes de que fuera su hora. Orar de forma equivocada trae resultados no deseados.

COMO NO SE DEBE ORAR

   Jesús explicó lo que la oración NO era antes de explicar lo que SÍ es (Mateo 6:5-13). El Señor tuvo que hacer frente a los conceptos religiosos sobre la oración para que la gente pudiera entender lo que estaba a punto de explicar.

   Hoy en día es igual, si no peor. Igual que cuando Jesús se enfrentó a los fariseos la oración se ha convertido en una rutina religiosa. La gente lo usa para apaciguar su conciencia, para sentir que han influenciado y motivado a Dios a hacer algo por ellos. Motivos erróneos.

   Lo motivos que yacen en tu corazón interesan más a Dios que lo que puedas decir. Por mucho que pases horas en lo que llamas oración no significa que hayas alcanzado nada. Si tu intención no es la correcta, la oración tampoco lo es. (Mateo 6:5)

   Entre los cristianos se puede oír: “¡Oh, qué persona más sagrada! ¿Has oído como derriba las puertas del cielo?”. Lo único que consiguen estas personas es reconocimiento entre personas. De Dios no recibirán nada.

   ¿Sabías que puedes perfectamente ejercer poderosamente tus dones espirituales y realizar grandes sacrificios personales, pero aún así no impresionar a Dios? Es cierto. Si la motivación no es la adecuada da igual lo que hagas. Si oras en lenguas, profetizas, posees una gran fe, das todas tus cosas a los pobres e incluso sacrificas tu propia vida no… no te otorgará nada si no lo haces con la clase de amor de Dios (1cor.13 :1-3). En el reino de Dios es el motivo de tu corazón lo que hace la diferencia.

   Si no obtienes los resultados deseados de tus oraciones revisa tus motivos. ¿Son realmente movidos por amor? Esto es difícil de admitir ya que siempre queremos pensar lo mejor y ser positivos. Si te permitieras mirar tus oraciones con visión crítica y objetiva ¿sería honesto concluir que no recibes nada? ¿Has orado durante años sin resultados? A lo mejor tu cuerpo no ha sido sanado o tu economía no ha mejorado. Lo que sea por lo que hayas orado no ha obtenido respuesta. Querido amigo, no es que Dios no haya respondido. Es que las oraciones no han sido correctas.

DIOS YA HA HECHO TODO LO NECESARIO

   La mayoría de las personas ven la oración como una oportunidad de “influenciar en Dios, hacer que actue, que haga algo”.  Creen que puede hacer cualquier cosa, pero que no lo ha hecho aún. Con esto en mente, la meta de la oración es hacer que Dios “haga” algo. Si tú crees esto estas basando tu oración en un fundamento erróneo.

   Dios ya ha hecho todo lo que va a hacer. Lo hizo todo una vez por y para todos con la muerte, entierro y resurrección de Jesús. A través de la expiación Dios ya ha perdonado y sanado a todos aquellos que jamás serán perdonados y sanados. Hoy no tiene ni que levantar un dedo para sanar ni salvar a nadie.

   Desde el punto de vista de Dios todo el pecado del mundo ya está perdonado. El cordero de Dios, como sacrificio perfecto, ya pagó por todos los pecados pasados, presentes y futuros. Para todos, tanto creyentes como no creyentes.  Eso no significa todos son salvados y sanados automáticamente. Cada individuo tiene que “aceptar” esto con la fe de lo que Jesús ya hizo por ellos para que puedan disfrutarlo. Un regalo no es completamente tuyo hasta que no lo has cogido.

   Como cristianos es correcto que enseñemos a las personas como tener fe y como aceptar lo que el Señor ya nos ha dado a través de la expiación. Esto también significa que el método popular evangelista de orar “pidiendo que Jesús entre en tu corazón” no es correcto según la biblia.

   En principio no tienes que pedir que Dios te salve. Si tuvieras que pedir la salvación significaría que no estuviera hecho de antemano. Si este fuera el caso serías sometido a juicio que podría tornarse positivo o negativo. Esto obviamente es falso ya que Jesús dejó todo esto hecho hace 2000 años.

   El carcelero de Filipos se acercó a Pablo y Silas, preguntando: "Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" Ellos le respondieron: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16:30-31). ¿Creer en qué? Creer que en el calvario ya se pagó por todos los pecados. Hoy en día solo tenemos que CREER y ACEPTAR.


Como orar con Poder – Parte 2, en unos días.

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